A la Comunidad del Sol, El Escorial

Estimados compañeros y compañeras de la Comunidad del Sol,

Es un placer dirigirme a ustedes como parte del grupo Semilla de esta hermosa comunidad. Quiero compartir con ustedes un poco de mi historia, mis motivaciones y el camino que me ha traído hasta aquí, con la intención de fortalecer nuestros lazos y contribuir activamente al crecimiento y armonía de nuestra convivencia.

Soy nacido en Argentina en 1957, tengo 68 años, nacionalidad española, estoy divorciado y tengo dos hijos adultos, ambos profesionales independientes. A lo largo de mi vida, he residido en Argentina, Chile, Perú, Estados Unidos, España y Bélgica, lo que me ha permitido una visión amplia y enriquecedora del mundo y sus diversas culturas.

En el ámbito académico, soy médico graduado en la Universidad de Zaragoza (1984) con estudios de postgrado en salud pública, medicina de familia, epidemiología, sistemas de información, dirección informática y otras áreas afines. He sido docente e investigador en la Universidad de Buenos Aires y en la Escuela Nacional de Sanidad de Madrid, Instituto de Salud Carlos III. Como funcionario de carrera del estado español, pertenecí al Cuerpo Superior de Tecnologías y Sistemas de Información y trabajé durante 25 años para la Unión Europea en Bruselas, donde fui responsable de STOA, la oficina de ciencia y tecnología del Parlamento Europeo, asesorando en salud, alimentación y medio ambiente.

Para mí, la comunidad representa un grupo de personas unidas por valores y propósitos compartidos, donde el apoyo mutuo y la colaboración son fundamentales. He tenido la fortuna de participar en diversas experiencias comunitarias y retiros en lugares como Liuramae, Mas de Llaneta, Amalurra, Humaniversity y centros Isha, entre otros. Estas vivencias me han brindado una comprensión profunda sobre la riqueza y los desafíos de la vida en comunidad, así como la importancia de la interacción y el aprendizaje mutuo.

Desde siempre he creído en el valor de la vida compartida, en la oportunidad de crecer junto a otros y en la construcción de un entorno donde la confianza, el respeto y la autenticidad sean pilares esenciales. Me entusiasma ser parte de la Comunidad del Sol y aportar mis conocimientos y experiencias en beneficio del grupo.

Me interesa formar comunidad con personas abiertas, auténticas y con un sentido de trascendencia. Valoro a aquellos que han trabajado en su desarrollo personal y que desean aportar a la armonía del grupo. En este sentido, mi camino me ha llevado a explorar diversas áreas del conocimiento, desde la salud y la tecnología hasta la meditación y el crecimiento espiritual. Mi capacidad de escucha, empatía y apertura me permiten contribuir de diversas maneras a la vida comunitaria, apoyando tanto en aspectos prácticos como en el bienestar emocional y espiritual.

Aprecio la diversidad y la riqueza que cada miembro trae consigo. Me motiva construir junto a ustedes un espacio donde podamos evolucionar juntos, compartiendo nuestros dones y aprendizajes. La comunidad es, para mí, un lugar de crecimiento, amor y transformación, y me llena de gratitud formar parte de ella.

En conclusión, de todas las comunidades conscienciales de las que he formado parte, o con las que he tenido una riquísima interacción durante 25 años, he aprendido enormemente sobre los desafíos de la vida en comunidad, compartiendo ideales y recursos, y combinando los elevados principios espirituales con el bregar con el barro del día a día.

Por ello me siento preparado y curioso, para dar este paso adelante e integrarme en la Comunidad del Sol, con todo lo que ello implica. Tengo para aportar la suma de mis conocimientos, experiencias, destrezas, habilidades y actitudes, que he ido cultivando y refinando a través de mis 68 años de vida.

Del «médico herido», al tecnólogo flexible y en constante aprendizaje, del diplomático al “match maker”, del hombre que es un manitas con todo tipo de herramientas, al Acuariano visionario y humanista, trayendo buenas nuevas para el ser humano.

Tengo para aportar mi capacidad de escucha, mi empatía, mi apertura a la vibración del otro y del momento, la franqueza de mi sonrisa y la calidez de mi abrazo.

Aspiro a convertirme en un anciano sabio y a dejar este cuerpo, quizás en la Comunidad del Sol, en plena consciencia y agradecimiento por la vida que me ha sido dada.

Espero que nuestra convivencia sea un camino de aprendizaje mutuo y disfrute, en el que juntos hagamos de la Comunidad del Sol un espacio de luz y conexión.

Con alegría y compromiso,
Marcelo Sosa (Doctor Hapi)

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